Suelo: un recurso que todos debemos cuidar
La vida en la tierra depende de los 15 centímetros que están en la superficie del suelo, es por ello que su conservación es una tarea de toda la sociedad. La degradación de este recurso implica la pérdida de los servicios ecosistémicos que el suelo nos brinda.
En 1963, por decreto de la Presidencia de la Nación, se estableció el 7 de julio día como Día Nacional de la Conservación del Suelo en memoria de Hugh Bennet, quien fue un investigador estadounidense que trabajó constantemente en busca de la preservación de la integridad del recurso natural suelo.
En este sentido, Bennet solía decir que “la productividad del suelo debe ocupar un lugar cada vez más prominente en el pensamiento de los pueblos y de sus conductores; como fuente de alimentos para toda la humanidad debe ser objeto de la consideración inteligente y permanente”
Cecilia Videla, Profesora de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) explicó que “conservar el suelo es fundamental porque es una cuestión de simple supervivencia, si degradamos los suelos perdemos la capacidad de obtener alimentos base para poder vivir. Pero además, esta degradación de los suelos se relaciona con la pérdida de otros importantes servicios que el suelo presta al normal funcionamiento de los ecosistemas”.
Nicolás Wyngaard, docente de la FCA sostuvo “la principal función que cumple el suelo es la del sustento físico y nutricional de los cultivos que nos dan alimentos y fibras”. Además agregó que cumple otras funciones como la regulación climática; la fijación de dióxido de carbono atmosférico, el cual es un gas con efecto invernadero; purificación del agua y reciclaje de nutrientes.
Wyngaard explicó que la degradación del suelo puede ser causada por distintas prácticas agrícolas. “La salinización es un fenómeno que se ve mucho en las zonas bajo riego, con agua de baja calidad; pero también existen otros agentes como la compactación, la acidificación que se ve en zonas donde se hace mal uso de la fertilización nitrogenada, y la pérdida de materia orgánica”.
En este sentido, “el empleo de herramientas de laboreo muy agresivas, ha conducido a la pérdida de materia orgánica, por lo cual los suelos se vuelven más pobres desde el punto de vista nutricional y más susceptibles al proceso de erosión hídrica”, dijo el profesional de la FCA.
Un proceso importante de degradación es la erosión hídrica y eólica, que es la pérdida de partículas del suelo arrastradas por el agua o el viento. “En la zona de influencia de la Unidad Integrada Balcarce (FCA-INTA), debido al relieve pronunciado en algunas áreas de la zona serrana, el proceso de pérdida o de degradación más importante es la erosión hídrica” explica el profesional. Y apunta que alrededor del 10% de los suelos tiene un riesgo intermedio de erosión hídrica y un 2% un riesgo muy alto de este tipo de fenómeno.
Para aliviar este proceso de degradación Wyngaard concluyó “se debe tratar de lograr una cobertura del suelo durante el año con cultivos de cosecha, cultivos de cobertura, rastrojos o abonos verdes; además se debe hacer un uso racional de los fertilizantes y utilizar siempre agua de riego de buena calidad, así como recurrir al uso de cultivos en curvas de nivel o terrazas en las zonas con mayor pendiente”.
Para finalizar Videla sostuvo “el uso agrícola de los suelos, en algunas ocasiones con poco cuidado del recurso, han conducido a procesos de degradación en grandes zonas de nuestro país. Por ello, es vital que la sociedad reconozca que el suelo es un recurso natural no renovable, por lo tanto, debemos cuidarlo y preservarlo, porque es una forma de cuidar la vida en el planeta”.
En el marco de la Semana de la Conservación del Suelo la Facultad de Ciencias Agrarias realizó talleres en las escuelas de Balcarce, Nacional Carmelo Sanchez Nº 3, Colegio Santa Rosa, Escuela Nº1 y la Escuela Industrial, con el objetivo de transmitir la importancia de la conservación del suelo en la vida cotidiana de la sociedad.
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