Facultad de Ciencias Agrarias: Sesenta años pensando el futuro para cuidar el presente

  • 8 de abril de 2020

En sus 60 años de existencia, la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata ha consolidado el modelo de enseñanza, investigación y extensión que marcó y transformó las bases de la educación agropecuaria en el país, además de convertir a la Unidad Integrada Balcarce, de la que forma parte junto con la Estación Experimental Agropecuaria del INTA local, en un modelo único desde 1963, que le ha permitido a ambas instituciones potenciar sus capacidades respectivas con notables y reconocidos logros académicos, científicos y tecnológicos.

A lo largo del tiempo, la casa de estudios ha sido una cuna de innovación tecnológica e institucional, transformadora de visiones, saberes, propuestas y formadora de profesionales.

El ingeniero José Luis Bodega, quien fue decano en el período 1993 – 2001, asumió una vez más en 2018 el desafío de conducir, acompañado por el ingeniero Miguel Pereyra Iraola como vicedecano, los destinos de la prestigiosa facultad.

El lunes, la Facultad local arriba a los 60 años de vida institucional. El Diario entrevistó al actual decano para hablar sobre la rica historia de la institución como también los objetivos y desafíos proyectados.

– ¿Cómo ha acompañado la Facultad de Ciencias Agrarias el desarrollo y el crecimiento productivo de la región?

– La respuesta a esta pregunta la tendrían que dar las instituciones del sector agropecuario regional en cuyos ámbitos se desenvuelven los egresados de esta Facultad. Pero estoy convencido que el incremento de la producción agropecuaria regional y nacional ha ido acompañado, aunque no puedo cuantificar la magnitud, por los profesionales de grado y posgrado de nuestra Facultad que han tenido un rol relevante tanto en el mejoramiento genético como también en la mejora de las prácticas relacionadas con su manejo, con un criterio amigable con el ambiente, es decir implementando buenas prácticas de producción.

¿Cuánto influyó en la trayectoria de la Facultad el haber conformado con la Experimental local la llamada Unidad integrada Balcarce, el primer sistema en su tipo en el país?

– Un poco de historia creo que viene bien ya que a veces nos olvidamos de nuestro derrotero, los vaivenes, dinámicas y crecimiento sostenido que nos han llevado a ocupar el lugar que hoy tenemos. La actual Facultad de Ciencias Agrarias surge con el inicio de los estudios superiores en Mar del Plata, el 6 de abril de 1960, dependiendo del Instituto Universitario Libre «Pro Universidad Católica de Mar del Plata». Las primeras clases se dieron en la calle Jujuy 3750 con 4 alumnos. Un hecho muy significativo marca este comienzo pero duró poco ya que al cabo de un año los directivos del Instituto se dieron cuenta que no podían mantener la carrera y mucho menos dotarla de los laboratorios y profesionales que se requerían. Primero pensaron en trasladarla a Bahía Blanca, en donde la carrera de Ingeniería Agronómica había comenzado en 1957. Pero por suerte los directivos y profesionales de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA local, junto con la comunidad de Balcarce y el Concejo Deliberante, a los que yo califico con visión de «faros largos», vieron la ventaja de trasladarla a la Experimental, lo cual se concretó el 5 de mayo de 1963. Aquellos cuatro alumnos con el tiempo se convirtieron en los primeros egresados de la Facultad de Agronomía. Fueron Angel Berardo, Roberto Bochetto, Américo Mendiburu y Carlos Navarro. No todo fue fácil ya que todo estaba por hacerse. Hubo que desarrollar un arduo trabajo de puesta en marcha de las áreas administrativa y académica. Dentro del largo camino recorrido los hitos más importantes que recuerdo fueron la firma de un convenio con la Universidad de Michigan State University en 1964, de donde surgió la idea de hacer en Balcarce un Land Grand College, similar al modelo que funcionaba en dicha Universidad en EE.UU. También el traslado de la Universidad Católica a la Universidad de la Provincia de Buenos Aires, 1973, y finalmente el pase a la Universidad Nacional de Mar del Plata en 1975. Todos estos pasos estuvieron signados por muchas dificultades que en algunos casos puso seriamente en peligro la continuidad de la Facultad. Mi reconocimiento a todas las personas que, convencidas de las ventajas de tener una Facultad de Agronomía en Balcarce, la pelearon y lograron mantenerla. Sin estos personajes, a veces me pregunto cómo se vería hoy Balcarce sin la presencia de los estudiantes de la Facultad. Invito a la comunidad de Balcarce a pensarlo. En síntesis, puedo afirmar que la Facultad de Ciencias Agrarias es un caso particular dentro de la Universidad marplatense y el INTA Balcarce por cómo nace, crece y se desarrolla y constituye un claro ejemplo para afirmar que cuando hay un claro proyecto y un fuerte compromiso de la sociedad toda, ese proyecto se pone en funcionamiento.

 

– ¿Significó dicha alianza estratégica un plus en la generación de conocimientos y formación de profesionales?

– No me cabe duda que esta alianza produjo una gran sinergia o como decimos en muchas oportunidades, 1+1 es igual a 3 y no a 2. Esta unión implica un beneficio para ambas instituciones, junto con una enorme economía de recursos evitando la duplicidad de esfuerzos. La Facultad recibe el aporte técnico científico del personal capacitado del INTA, tiene acceso a sus laboratorios, gabinetes y campos experimentales para que los alumnos puedan realizar sus prácticas profesionales. Por su parte, la Estación Experimental Agropecuaria refuerza su capacidad de trabajo científica y presupuestaria mediante el aporte de los docentes de la Facultad y el presupuesto de la Universidad. Hay que destacar que en sus primeros tiempos la Facultad funcionó por el apoyo que tenía de la Estación Experimental, con infraestructura y personal técnico. Con el tiempo fue creciendo, incorporó docentes, investigadores y personal no docente y así fue ganando más independencia aunque siempre consciente de sus orígenes y convencida de que el crecimiento de ambas instituciones estaba en la suma de esfuerzos, medios y voluntades. Hoy con orgullo podemos mostrar que contamos con personal administrativo muy competente y docentes e investigadores con títulos de posgrado, como maestrías y doctorados, adquiridos en el país y/o en el exterior, con capacidad para generar conocimientos y desarrollar tecnologías de punta.

¿Está la Facultad en constante transformación atendiendo a los cambios tecnológicos y las demandas?

– Es nuestra obligación estar en constante transformación. Si no estamos atentos a los cambios tecnológicos y a las demandas del medio, nuestro futuro puede estar muy comprometido. En ese sentido la Unidad Integrada nos da una ventaja comparativa con otras unidades, ya que por su contacto diario con el medio nos transmite rápidamente las necesidades de formación que va detectando y a las cuales debemos dar respuesta. A la fecha tenemos en Argentina 34 facultades de Agronomía de las cuales 9 están en esta provincia. Si la oferta de cursos no es buena, no se actualiza y no responde a los cambios tecnológicos, los estudiantes no nos eligen y buscan otra facultad. Por eso nuestro gran trabajo es, a nivel de grado, formar muy buenos profesionales y a nivel de posgrado formar excelentes investigadores.

– ¿Cuáles son los logros más salientes en la vida institucional de la casa de estudios?

– De acuerdo con el QS Word University Ranking (2020) ocupamos el cuarto lugar, entre las Facultades de Agronomía más prestigiosas de Argentina, detrás de Buenos Aires, Córdoba y La Plata. No es poco decir, aunque me hubiera gustado estar en el primer puesto pero observando las calificaciones recibidas considero que podríamos, para 2021, estar en el primero o segundo lugar ya que nos faltó calificación en el ítem que hace referencia al trabajo que están realizando nuestros egresados, tema en el que ya nos pusimos a trabajar. Este año debiéramos tener una base actualizada de nuestros egresados en lo que hace a lugares y tipo de tarea que están realizando. Otro logro no menor es el hecho de que la Facultad se ha expuesto a sucesivos procesos de acreditación de la calidad de sus carreras de grado y posgrado ante la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), obteniendo en la mayoría de los casos la máxima calificación, contando además con una acreditación dentro del Mercosur. Estos reconocimientos nos ha permitido, entre otras cosas, establecer programas de intercambio de alumnos con distintos países de América y Europa ya sea recibiendo estudiantes como enviando a los nuestros a distintos países.

– Se ha diversificado la oferta académica?

– Nuestra carrera de Ingeniero Agrónomo está acreditada ante la CONEAU por seis años. Si bien este logro es fundamental para el reconocimiento oficial de la carrera, nos ha impedido realizar cambios significativos de la misma ya que el Ministerio de Educación, para emitir los títulos, reconoce solamente el documento de la acreditación y todo lo que no figure en ella no lo valida hasta que no se produzca una nueva acreditación. No obstante, pudimos hacer algunos. El más significativo fue el de las prácticas profesionales que incorporamos en 2019. Le permiten al estudiante realizarlas en empresas o en PYMES, luego sistematizar dicha práctica en un ensayo y así obtener su título de grado. Como la nueva acreditación va a ser en el 2021, nos estamos preparando para hacer los cambios que creemos necesarios dotando a las carreras de una mayor flexibilidad e incorporando nuevos contenidos que respondan a nuevas incumbencias que van a tener los Ingenieros Agrónomos.

– ¿Cuál es la realidad de la Facultad, los objetivos trazados por la gestión que usted encabeza y los desafíos a futuros?

– La Facultad está en un proceso de transformación, preparándose para el momento en que probablemente debamos acreditar ante la CONEAU nuevamente. Estamos trabajando en mejorar y actualizar los planes de estudios, en agilizar las carreras de grado tradicionales como son Ingeniero Agrónomo y Licenciado en Ciencia y Tecnología de Alimentos; en incorporar carreras más cortas con una duración de tres años (Tecnicaturas), otras relacionadas con Agroalimentos y Agroenergías sustentables encontrándose en la etapa final tres propuestas y potenciar acciones con el INTA Balcarce tendientes a aumentar la oferta de cursos de actualización dirigidos a los graduados profesionales de la región. Asimismo se está elaborando un Plan Estratégico a mediano y largo plazo (2020-2030) con participación de instituciones del sector agropecuario, alumnos, docentes, no docentes y graduados. Consideramos de vital importancia que, juntos, podamos visualizar el papel de la Facultad ante los principales desafíos que enfrentará el conocimiento científico y tecnológico en un contexto globalizado. También apuntamos a fortalecer los intercambios estudiantiles en países de la región o de otros continentes. En ese sentido hemos avanzado en AUDEAS con un protocolo de homologación de asignaturas. Hay gestiones tendientes a finalizar, equipar y poner en funcionamiento el nuevo edificio; en construir un aulario para dictado de clases a alumnos de grado, posgrado y profesionales de la actividad privada con lo que podríamos ampliar la banda horaria de dictado de cursos de la Facultad; en reconocer, jerarquizar y seguir apoyando la formación del personal universitario no docente en las distintas áreas administrativas de la FCA y en el fortalecimiento de las prácticas preprofesionales. Por último, debido a la pandemia hemos avanzando en actividades no presenciales en cuanto a cursos y el dictado de asignaturas del primer cuatrimestre bajo al modalidad a distancia.

 

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